El consumo ‘recreativo’ de medicamentos tranquilizantes
en el país es mayor que el de éxtasis. Mientras que 123.645 colombianos usaron
en el último año estas medicinas sin prescripción médica para drogarse, 43.700
lo hicieron con éxtasis y otros 49.756, con bazuco.
La cifra de consumidores de tranquilizantes se acerca,
incluso, a la de cocaína en el último año, que es de 162.575 personas. (Lea
también: Tratamiento o cárcel, la elección para los adictos).
Esa alerta es una de las que encendió el Estudio Nacional
de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Colombia 2013, revelado esta semana y
que encuestó a 32.000 personas, entre los 12 y 65 años. La muestra representa a
23 millones de colombianos –la mitad de la población nacional–, y es la más
completa radiografía del consumo realizado hasta ahora en el país.
El trago, el tabaco, la marihuana, la cocaína y los
tranquilizantes son las cinco sustancias legales e ilegales más usadas por los
colombianos. La encuesta señala que en Colombia hay al menos 3 millones de
fumadores, 8 millones de consumidores de bebidas alcohólicas y 2,9 millones de
consumidores de alguna droga ilícita, siendo la más común la marihuana.
Aunque el consumo de tranquilizantes, estimulantes y opioides
–que están en el ‘botiquín’ de los médicos para tratar dolores y ansiedades–
está lejos de los niveles internacionales, voceros de la Embajada de Estados
Unidos en Bogotá señalan que el país no puede perderlo de vista.
Así, Jorgan Andrews, jefe de la Dirección Internacional
Antinarcóticos de la embajada, dice que si bien su país ha logrado bajar las
tasas de consumo de cocaína en los últimos años, el abuso de medicamentos
recetados “ha sido clasificado como una epidemia”.
“Algunas personas creen equivocadamente que son más
seguros que las drogas ilícitas, ya que muchas veces son prescritas por un
médico profesional”, advierte.
La encuesta consultó el uso no recetado de
tranquilizantes como rivotril, valium, diazepam, lorazepam, alprazolam clonazepan,
y encontró que la edad de inicio en la que los consumidores prueban con
fármacos es menor que antes. En el 2008, el promedio era de 22 años y en el
2013, a los 20. Las edades en las que se concentra el mayor consumo están en
los grupos de 18 a 24 años y de 25 a 34.
Augusto Pérez, director de la Corporación Nuevos Rumbos,
asegura que la venta ilegal de medicinas puede “convertirse en un problema”
para el país, que ha estado más concentrado en enfrentar las drogas ilícitas
tradicionales. Señala que el estudio de consumo en escolares arrojó que el 4
por ciento de ellos había usado fármacos para drogarse. El estudio del 2013
–que fue liderado por los ministerios de Justicia y Salud y acompañado por la
Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc) y la OEA– encontró que
12.453 menores entre los 12 y 17 años dijeron haber consumido alguna de estas
medicinas con fines no médicos.
En el 2008, las mujeres eran quienes más abusaban de los
tranquilizantes (en las demás sustancias, los hombres marcan prevalencia), pero
ahora hay equivalencia entre los dos géneros. Los encuestadores también
preguntaron por el uso de los opioides, que son recetados para aliviar dolores
extremos como los del cáncer. El resultado fue que al menos 246.100 colombianos
dijeron haber consumido alguna vez estas sustancias sin una prescripción
médica. En esa categoría, se consultó por la morfina, la hidromorfona, el
tramadol, vicodin y la oxicodona. Esta última droga está relacionada con el
mayor número de condenas en Estados Unidos contra médicos que la prescriben por
dinero.
Los resultados generales muestran que Colombia hace rato
dejó de ser solo un país exportador de drogas y que el consumo de sustancias
ilícitas es un problema de salud pública.
Informes de la ONU señalan que el país es el cuarto
consumidor de cocaína en la región, por encima de países como Chile, Uruguay y
Argentina, y que la marihuana es, de lejos, el alucinógeno más consumido en
todo el hemisferio.
También generan adicción
El doctor Carlos Francisco Fernández, asesor médico de EL
TIEMPO, dice que en el país ha aumentado el uso de benzodiacepinas, que están
entre los tranquilizantes y son usadas por delincuentes para poner a sus
víctimas en estado de indefensión.
Sustancias como el diazepam, el lorazepam y el clonazepam
son sedantes que los médicos utilizan para controlar la ansiedad y mejorar el
sueño. “Como muchas veces son prescritas, la gente las utiliza con
tranquilidad, pero son altamente adictivas”, dice.
Agrega que la distribución de analgésicos como la
codeína, el tramadol y la oxicodona la controla el Fondo Nacional de
Estupefacientes, y que su prescripción es ahora más frecuente “en aras de
garantizar un mejor control del dolor”, lo que ha dado pie para que sean desviadas
hacia el diseño de drogas psicoactivas.
EE. UU., en alerta por abuso
La condena a médicos en Estados Unidos por recetar
opioides y tranquilizantes para ser usados como drogas psicoactivas hace parte
del capítulo de lo que las autoridades de ese país han calificado de la
“epidemia” del abuso de los medicamentos. Estos son la droga más usada, después
de la marihuana.
Jorgan Andrews, director de INL Colombia, dijo que, según
la Encuesta de Uso de Drogas y Salud, en el 2009 un tercio de las personas en
EE. UU. entre los 12 y 65 años que dijeron haber consumido drogas por primera
vez lo hicieron con un medicamento con fines no médicos.
“Hace algunos años, las sobredosis eran por los opiáceos,
la heroína; ahora son más por el abuso de analgésicos recetados”, dijo Andrews.
Agregó que el número de recetas en ese país se ha
incrementado en una década. En el 2000, dijo, las farmacias atendieron 174
millones de fórmulas médicas de opioides, y en el 2009 fueron 257 millones, un
48 por ciento más.
También aumentó la cantidad de la prescripción: entre
1997 y 2007, el uso de opioides con restricción (como la oxicodona y la
morfina) aumentó de 74 miligramos a 369 miligramos, un 400 por ciento.
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