Wednesday, August 20, 2014

El consumo de tranquilizantes como drogas triplica al del éxtasis

El consumo ‘recreativo’ de medicamentos tranquilizantes en el país es mayor que el de éxtasis. Mientras que 123.645 colombianos usaron en el último año estas medicinas sin prescripción médica para drogarse, 43.700 lo hicieron con éxtasis y otros 49.756, con bazuco.

La cifra de consumidores de tranquilizantes se acerca, incluso, a la de cocaína en el último año, que es de 162.575 personas. (Lea también: Tratamiento o cárcel, la elección para los adictos).

Esa alerta es una de las que encendió el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Colombia 2013, revelado esta semana y que encuestó a 32.000 personas, entre los 12 y 65 años. La muestra representa a 23 millones de colombianos –la mitad de la población nacional–, y es la más completa radiografía del consumo realizado hasta ahora en el país.

El trago, el tabaco, la marihuana, la cocaína y los tranquilizantes son las cinco sustancias legales e ilegales más usadas por los colombianos. La encuesta señala que en Colombia hay al menos 3 millones de fumadores, 8 millones de consumidores de bebidas alcohólicas y 2,9 millones de consumidores de alguna droga ilícita, siendo la más común la marihuana.

Aunque el consumo de tranquilizantes, estimulantes y opioides –que están en el ‘botiquín’ de los médicos para tratar dolores y ansiedades– está lejos de los niveles internacionales, voceros de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá señalan que el país no puede perderlo de vista.

Así, Jorgan Andrews, jefe de la Dirección Internacional Antinarcóticos de la embajada, dice que si bien su país ha logrado bajar las tasas de consumo de cocaína en los últimos años, el abuso de medicamentos recetados “ha sido clasificado como una epidemia”.

“Algunas personas creen equivocadamente que son más seguros que las drogas ilícitas, ya que muchas veces son prescritas por un médico profesional”, advierte.

La encuesta consultó el uso no recetado de tranquilizantes como rivotril, valium, diazepam, lorazepam, alprazolam clonazepan, y encontró que la edad de inicio en la que los consumidores prueban con fármacos es menor que antes. En el 2008, el promedio era de 22 años y en el 2013, a los 20. Las edades en las que se concentra el mayor consumo están en los grupos de 18 a 24 años y de 25 a 34.

Augusto Pérez, director de la Corporación Nuevos Rumbos, asegura que la venta ilegal de medicinas puede “convertirse en un problema” para el país, que ha estado más concentrado en enfrentar las drogas ilícitas tradicionales. Señala que el estudio de consumo en escolares arrojó que el 4 por ciento de ellos había usado fármacos para drogarse. El estudio del 2013 –que fue liderado por los ministerios de Justicia y Salud y acompañado por la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc) y la OEA– encontró que 12.453 menores entre los 12 y 17 años dijeron haber consumido alguna de estas medicinas con fines no médicos.

En el 2008, las mujeres eran quienes más abusaban de los tranquilizantes (en las demás sustancias, los hombres marcan prevalencia), pero ahora hay equivalencia entre los dos géneros. Los encuestadores también preguntaron por el uso de los opioides, que son recetados para aliviar dolores extremos como los del cáncer. El resultado fue que al menos 246.100 colombianos dijeron haber consumido alguna vez estas sustancias sin una prescripción médica. En esa categoría, se consultó por la morfina, la hidromorfona, el tramadol, vicodin y la oxicodona. Esta última droga está relacionada con el mayor número de condenas en Estados Unidos contra médicos que la prescriben por dinero.

Los resultados generales muestran que Colombia hace rato dejó de ser solo un país exportador de drogas y que el consumo de sustancias ilícitas es un problema de salud pública.

Informes de la ONU señalan que el país es el cuarto consumidor de cocaína en la región, por encima de países como Chile, Uruguay y Argentina, y que la marihuana es, de lejos, el alucinógeno más consumido en todo el hemisferio.

También generan adicción
El doctor Carlos Francisco Fernández, asesor médico de EL TIEMPO, dice que en el país ha aumentado el uso de benzodiacepinas, que están entre los tranquilizantes y son usadas por delincuentes para poner a sus víctimas en estado de indefensión.

Sustancias como el diazepam, el lorazepam y el clonazepam son sedantes que los médicos utilizan para controlar la ansiedad y mejorar el sueño. “Como muchas veces son prescritas, la gente las utiliza con tranquilidad, pero son altamente adictivas”, dice.

Agrega que la distribución de analgésicos como la codeína, el tramadol y la oxicodona la controla el Fondo Nacional de Estupefacientes, y que su prescripción es ahora más frecuente “en aras de garantizar un mejor control del dolor”, lo que ha dado pie para que sean desviadas hacia el diseño de drogas psicoactivas.


EE. UU., en alerta por abuso

La condena a médicos en Estados Unidos por recetar opioides y tranquilizantes para ser usados como drogas psicoactivas hace parte del capítulo de lo que las autoridades de ese país han calificado de la “epidemia” del abuso de los medicamentos. Estos son la droga más usada, después de la marihuana.
Jorgan Andrews, director de INL Colombia, dijo que, según la Encuesta de Uso de Drogas y Salud, en el 2009 un tercio de las personas en EE. UU. entre los 12 y 65 años que dijeron haber consumido drogas por primera vez lo hicieron con un medicamento con fines no médicos.
“Hace algunos años, las sobredosis eran por los opiáceos, la heroína; ahora son más por el abuso de analgésicos recetados”, dijo Andrews.
Agregó que el número de recetas en ese país se ha incrementado en una década. En el 2000, dijo, las farmacias atendieron 174 millones de fórmulas médicas de opioides, y en el 2009 fueron 257 millones, un 48 por ciento más.

También aumentó la cantidad de la prescripción: entre 1997 y 2007, el uso de opioides con restricción (como la oxicodona y la morfina) aumentó de 74 miligramos a 369 miligramos, un 400 por ciento.

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