Un grupo de profesionales, liderados por el Ministerio de
Salud, está recorriendo ya las calles de seis ciudades para detectar los puntos
donde se reúnen los adictos a consumir heroína.
Ese es el primer paso para poner en marcha la estrategia
de entregar kits con jeringas, con lo que el Gobierno busca reducir el daño
entre consumidores de esta droga, pues la reutilización de jeringas está ligada
al contagio de sida y hepatitis B y C.
Este miércoles, los ministerios de Justicia y de Salud
revelarán la encuesta de consumo de sustancias psicoactivas, entre estas la
heroína, considerada la más adictiva. El censo del 2008 señala que, para esa
época, 37.836 personas dijeron haber consumido esta sustancia alguna vez en la
vida.
Aldemar Parra, director de salud mental y drogas del
Ministerio de Salud, explica que la entrega de los kits, que desde abril pasado
se viene haciendo en Pereira y que se extenderá a Cúcuta, Medellín, Bogotá,
Cali y Armenia, hace parte del Plan de Respuesta al Consumo de Heroína,
diseñado en el marco de la ‘Política nacional para la reducción del consumo de
sustancias psicoactivas y su impacto’.
Dice que esta política tiene varios ejes: estudios sobre
la situación del consumo de heroína en el país, el fortalecimiento de la oferta
de servicios de salud para esta población, creación de piezas de comunicación
focalizada para los consumidores de heroína –que informen sobre los distintos
riesgos– y el suministro de kits como respuesta integral al problema de la
inyección de drogas. Los paquetes contienen una jeringa, un preservativo, gaza
y alcohol, entre otros elementos.
“La entrega de insumos sanitarios está basada en las
experiencias internacionales y busca proteger a los usuarios de drogas
inyectadas de infecciones y de tener otras complicaciones en salud. Y por
supuesto, evitar que esto también afecte en el tiempo a la población no
consumidora”, dijo Parra, quien ha liderado la estrategia de choque.
Recogerán desechos
Agrega que una vez termine el reconocimiento del
territorio a donde se va a llegar, el suministro se hará exclusivamente en
lugares detectados de inyección, y después de la entrega habrá todo un trabajo
de recogida y destrucción de las jeringas por personal capacitado y formado
para esta labor.
Esta labor se basará en protocolos internacionales que
incluyen un registro de la cantidad de paquetes que se entregan y de la
frecuencia con que debe hacerse el suministro.
Fuentes en el Gobierno dijeron que la medida proyectada
no significa que se vayan a entregar dosis de ninguna droga. Insistieron en que
la postura acordada es que el Estado no reemplaza sustancias como modo de
tratamiento porque no existe en el mundo evidencia científica que demuestre que
una persona puede superar una adicción con sustitución de drogas.
Augusto Pérez, director de la Corporación Nuevos Rumbos y
experto en reducción de consumo, dice que la entrega de agujas ha sido exitosa
en países de la Unión Europea para contener la propagación de enfermedades como
el sida.
Agrega que el trabajo con la población adicta a la
heroína ha evidenciado que vive en condiciones vulnerables, en las cuales el
riesgo de contagiarse es alto. “Recogen las jeringas del suelo o las
intercambian. Siempre ha sido recomendable entregarles las jeringas con un control
estricto”, anota Pérez.
Por su parte, Daniel Mejía, director del Centro de
Estudios sobre Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes, dice que esta
medida solo está encaminada a la reducción de daños asociados, como la
transmisión del sida, pero no busca reducir el consumo.
Pese a eso, el Ministerio de Salud asegura que a través
de la entrega de los kits se logra un acercamiento a la población afectada, que
se espera sea aprovechado para llevar a los adictos al sistema de salud y
hacerles tratamientos tendientes a la reducción del consumo.
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